Estos son algunos de los pilares de nuestro Grupo Tecno-Orgánico. La mayoría son demasiado complejos para los no iniciados.
Un A.G.T. pierde poder cuanto más tiempo pasa fuera de la Escuela, porque su fuerza proviene de la salsa de las patatas bravas.
Olvidarás los fallos de un programa cuando llegue la siguiente versión: los tendrá aún peores.
Cuanto más trabajo tengas que hacer, el Enanito Ethernet o TCP estará más cansado.
¿Aún no conoces la Teoría de los Enanitos?
¡¡¡Token Ring mola mazo!!! Por cierto, ¿eso qué é lo que é?
Si en el menú de la Cafetería hay conejo, antes de pedirlo cuenta si falta alguno de los gatos.
Lo bueno de ser un A.G.T. es que cuando estás borracho, la gente no lo nota, ya que tu comportamiento es el mismo que cuando estás en tu estado ¿normal?.
El A.G.T. no usa un papel o la mano para apuntarse algo que debe recordar. Se manda un E-mail a sí mismo, y encima cuando lo recibe, se alegra de que por fin alguien le escriba.
Si la gente habla a sus plantas, ¿por qué yo no puedo hablarle a la red?
Hablar a la red amablemente acelera tus conexiones a Internet. Si empiezas a insultarla, seguro que se enfadará y la cosa irá aún peor.
Cuando creías que Internet no podía ir más lenta, entonces descubres que la tecnología se supera continuamente.
Si la tasa de bytes trasferidos por la red es muy baja, un A.G.T. desearía introducir los 1s y 0s con dos cables y una pila a pelo. Desgraciadamente, somos unos incomprendidos.
Si un A.G.T. tiene n cuentas, entonces seguro que tiene apuntadas n+1 passwords. ¿Cuál sobra?
Consejo 1 : si eres polígamo, nunca pongas como password el nombre de la novía/mujer.
Consejo 2 : no pongas como contraseña tu propio nombre. El que entren en tu cuenta es lo de menos; lo peor es que el que te la haya reventado pensará que eres tonto baba.
Consejo 3 : todo A.G.T. decide un día que quiere que todos los passwords de todas sus cuentas sean el mismo: el problema es que los diferentes sistemas no opinan lo mismo, por lo que tus problemas para recordar las contraseñas habrán crecido.
Si no eres el hombre que lo tenía todo doble, no sabes lo que te pierdes.
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